TEODORO “LOLO” FERNÁNDEZ MEYZÁN (Cañete, 20 de mayo de 1913 - Lima, 17 de setiembre de 1996)
Nuestro querido y eterno ídolo nació en la Hacienda Hualcará, Provincia de Cañete. Fue el penúltimo de los ocho hijos que tuvieron Doña Raymunda Meyzán y Don Tomás Fernández Cisneros.
Su primer club fue el Huracán de Hualcará y su primer escenario la cancha de la mencionada hacienda. “Lolo” es enviado a Lima a los 16 años de edad para continuar sus estudios, donde ya se encontraba Arturo, (hermano mayor de “Lolo”), quien por esos años defendía la camiseta del Ciclista Lima.
Debido a sus buenas actuaciones como zaguero, Arturo Fernández fue contratado por Universitario de Deportes. Arturo llevó a “Lolo” a probarse al club crema y el Presidente de la “U” de ese momento, el Doctor Plácido Galindo, lo vió jugar y lo incluyó en la plantilla del club. En marzo de 1930, “Lolo” vistió nuestra gloriosa camiseta crema por vez primera en la reserva del equipo merengue siendo el goleador absoluto del torneo de reservas, por lo que fue promovido al primer equipo, defendiéndolo para siempre.
UNA ANECDOTA PARA EL RECUERDO:
A continuación les dejamos una de las tantas anécdotas de nuestro gran “Cañonero” e “Ídolo Eterno” (Extraído de la Enciclopedia de los Campeones de Lorenzo Regalado – Crónica de Javier Rojas):
AGARRA JUAN:
“Muchas veces tener chuño en los zapatos tiene sus cosas buenas. ¿Cuantos goles habré marcado con esos remates violentos? Pero hay uno que tiene mucho de gracia. Y paso casualmente frente a la alianza lima, cuando ya la rivalidad entre cremas y grones sacaba chispas.
Bueno, el clásico iba bien parejito hasta el medio tiempo. Cuando en eso se cobra un tiro libre en contra de los victorianos. En la portería estaba Juan Valdivieso, “el mago” en ese tiempo era el mejor golero peruano o de Sudamérica.
Tome carrera... Unos cinco metros atrás y ¡zas!... Salio el zapatazo de mi marca, fuerte al medio, donde estaba “el doctor” Soria, que al ver que la pelota iba hacia él, en una linda palomita se tiro al ras del suelo para evitar el impacto de la redonda. Y desde allí volteo y le grito a Valdivieso: “Juan... Agarra...”.
¡Que iba a agarrar!, cuando “el mago” se dio cuenta, la pelota ya estaba en las redes. Entonces molesto fue donde Soria y le dijo: “Oye, porque te tiraste al suelo...”, y “el doctor” le contesto: “Para que vieras bien la pelota... Porque pensé que yo te estaba estorbando””.
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